Me desarmo hacia mis brazos
para poder contenerme
desde los adioses mutables
que traban mi recorrido .
He dejado los interrogantes,
las preguntas,
anudadas a respuestas
de las que poco a poco
me voy desprendiendo.
Un manto de silencio
me empapa de docilidad,
llevándome hacia el aire seco como gran señor callado,
a pesar de sus murmullos...........
Una boca enmudece
en las cornisas de la vida
sujeta por nada ,
esa nada que engaña a la mente
fingiendo ser algo
tal vez tangible
como la huella de una sombra
al caer el día.
Y yo dependo de la sujeción
desde mis cortados cabellos
a esa nada que tinta realidades,
al azar ,
inconexos,
simulando decretos,
cláusulas incumplidas.
Desalojaré lo nuevo en lo viejo
para volver sobre mis pasos
al centro de mi gravedad .
Esa profundidad
un hueco sin fondo,
un éxtasis decapitado.

Olga Maria Sain
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