Alquimia perfecta.

Palabras mudas,
silencio atroz,
angustia vivida
más allá de los sueños.
Placeres recordados
al calor de tu voz.

Hoy el amor es apasionada presencia
en el onírico paisaje que eres tú solamente;
sueño mío:
eres dulce fruto apto para saborearte sin prisa
entre océanos de entrega y brisa perfecta.

Ardiente calor en tus belfos,
serenidad yuxtapuesta.
Caricias que son mi locura y razón,
delirios de un viejo corazón que se funde
en tu ingobernable pasión.

Coronada poesía sin dueño,
me atrapas en tus redes de pescadora magnífica,
para amarme en esta noche sin luna
y dejarme exhausto bajo la radiante luz de tu amor.

Mis labios continuarán besando tus cumbres,
dejando tu idilio pidiendo por más,
y tú susurrarás cándidamente a mi oído
encendiendo aún más mi deseo por ti.
Somos llama que arde, incendio voraz;
y amor que late con fuerza para no extinguirse jamás.

Olga Maria Sain
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