Hay sueños que se pueden tocar, perseguir y alcanzar.
En ellos, la vida se despliega como un ensayo necesario y crudo muy próximo a la realidad.
Esa que nace y crece en el silencioso deseo de construir quimeras.
Y felicidad.

Hay sueños que se pueden tocar.
Como éste, en que te tengo a mi lado y escucho tu respirar.
Quédate conmigo.
No vayas a despertar.
Sin mí.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



Comentarios