Hoy fue un día errático,
plumas sin nombre en las aceras,
alguien hurtó lo irremediable,
tal vez el temor ...
o el aguijón ahumado
en el brillo de sol sobre las farolas.
En el rellano un mendigo,
duerme, tal vez sueña ...
El sueño hiere cuando arranca
sus cabellos en la miseria,
cuartea la piel de sus ojos
como escudo a su llanto .
Ése que muerde la vida,
mientras la solicita en silencio,
con los restos de su sonrisa.
Un rictus que tuerce
el aire cuando enmudece.
El paseante
fugaz
mira
de soslayo,
esconde sus ojos
en unas negros anteojos ,
baja la cabeza
simulando ,
pero la vergüenza
le espera al final de la calle .
La vergüenza ,
es ya un personaje ficticio
que afila excusas
dogmas de falso oropel,
justicia de palabra oxidada .
Ya no es la ceguera
ni el sordo despiste ,
es el desnivel que aflora
desde los cimientos...
y acude desde los tejados
como hiedra venenosa .

Quiero guardar éste instante
coleccionando utopías,
tal vez mi parpadeo
se acompase con mis lágrimas.

Olga Maria Sain
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