A mi papá

¡ Dime que estás ahí !
Que todavía
el tiempo que engendró la muerte
no ha borrado tus huellas en el espacio,
ese espacio alrededor de mi rostro,
icono de tu mirada.
¿Sigo desnudándome de ti ?
Los días han soltado
los lazos de mi vestido,
ése que es piel de mi piel
que va cayendo en escamas,
como gota a gota
en un frasco vacío.
Acaricio su resbaladiza tela
ignorando quizás
que solo deslizo mis manos
en la ausencia de su tacto.
Mis manos envejecen,
la mirada lo percibe,
y sin embargo
el entendimiento se ausenta,
desdice lo irremediable,
buscando espacios en mis venas.
Cierro los ojos
sin censura ,
un débil parpadeo atrae tu imagen,
te acercas,
me hablas,
posas tu frente en mi pelo.
! Díme que estás ahí !
que un duende juega
con el calendario,
despega días y años
con deliberada maestría.
Ya se hacen guiños las lágrimas
en su ermitaño temblor.
Madre, peina mi pelo
vuélveme a la infancia
cántame aquel bolero :
" Reloj no marques las horas ... "
!! Madre!! espera,
luego dime
que él está conmigo.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



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