En un abrir y cerrar de ojos
despertó.
Empezó a caminar.
Caminó por el derecho,
caminó por el revés.
Caminó por las oscuras noches,
y los brillantes días también.
caminó, caminó, caminó.
Tanto anduvo…..
ya casi abandonando el esfuerzo,
una vez más brilló
una pequeña luz en el horizonte.
No era inalcanzable, se dijo.
Rescató errores y virtudes,
propias y ajenas.
Comenzó a creer en aquello que dice :
¿ En cada uno descansa la redención?
Conjugó el verbo Amor y
el verbo Humanizar.
Entre risas y emociones, se dio cuenta,
que más aire entraba en sus pulmones,
que un Hombre Nuevo surgía.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
despertó.
Empezó a caminar.
Caminó por el derecho,
caminó por el revés.
Caminó por las oscuras noches,
y los brillantes días también.
caminó, caminó, caminó.
Tanto anduvo…..
ya casi abandonando el esfuerzo,
una vez más brilló
una pequeña luz en el horizonte.
No era inalcanzable, se dijo.
Rescató errores y virtudes,
propias y ajenas.
Comenzó a creer en aquello que dice :
¿ En cada uno descansa la redención?
Conjugó el verbo Amor y
el verbo Humanizar.
Entre risas y emociones, se dio cuenta,
que más aire entraba en sus pulmones,
que un Hombre Nuevo surgía.
Olga Maria Sain
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