Amiga,
arrópame en una pausa,
pon tus manos en mis ojos
para que pueda dormirme
sin el vaivén de los sueños,
solo en una ligera imagen:
una barca que es mecida por las olas,
susúrrame canciones al oído
para tapar otros sonidos,
para distraer los temblores de mi inquietud,
ese rumor que vaga anhelante dentro de mi cuerpo...
Amiga,
arrópame en una pausa,
que solo sienta tu presencia,
el calor de tu aliento,
como vientre de madre ya olvidado.
Luego... vendrán las inquietudes
a reclamarme atenciones,
pero yo recordaré tu rostro,
tu antiguo semblante
- amiga invisible de la infancia-
sé que te quedaste muy cerca
para cuando yo te necesitase.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
pon tus manos en mis ojos
para que pueda dormirme
sin el vaivén de los sueños,
solo en una ligera imagen:
una barca que es mecida por las olas,
susúrrame canciones al oído
para tapar otros sonidos,
para distraer los temblores de mi inquietud,
ese rumor que vaga anhelante dentro de mi cuerpo...
Amiga,
arrópame en una pausa,
que solo sienta tu presencia,
el calor de tu aliento,
como vientre de madre ya olvidado.
Luego... vendrán las inquietudes
a reclamarme atenciones,
pero yo recordaré tu rostro,
tu antiguo semblante
- amiga invisible de la infancia-
sé que te quedaste muy cerca
para cuando yo te necesitase.
Olga Maria Sain
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