Hay un desvelo elegido cada noche
un lugar al que invito tu nombre,
un espacio fortuito sin horario fijo
que deslumbra con su luz al oscuro infinito
y a su inmensidad,
un manojo de vida entre mis dedos despiertos,
un ramillete de besos cautivos del tiempo.
Un cielo sereno vestido de inquieto
sólo sabiendo que vuelve a citarte conmigo,
para el próximo desvelo.
Para nuestra eternidad.
Duerme entre mis sueños, aún no es tiempo de despertar.

Olga Maria Sain
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