Eres uno de esos amores que matan y luego curan, mutando
los vacíos de mi cielo estéril, delineando rápido los vórtices existenciales.
-Quiéreme dices - no sabes cómo encontrar una excusa para dejar aflorar el arte de la lujuria que posees.
En el fondo no eres más que la brecha de un transitorio suspiro con el que deseas llenar mis escasas pretensiones.
-Bésame pides- Tengo en mi boca el sabor de las líneas caóticas que invitan a abandonar el desapego,
no te das por vencido y te escondes en las líneas de mi tiempo
-No me mires- alguien toca mis ojos como un reto que viene de lejos para reclamarme.
Y llevarme.

Olga Maria Sain
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