No imaginas cómo he enumerado citas en el deseo,
cielos en el destierro, destellos en la oscuridad,
cómo he sobrevivido a mí misma mutando,
a mis labios callando, a mis oídos queriendo escuchar.
No imaginas cómo he transitado cada día, deseando sea ése especial,
cada hora meciendo en silencio, un quizás,
cada minuto salvando el misterio y dando albergue a uno más naciendo.
Porque somos ello: Misterio y milagro aconteciendo.
No hace falta que imagines.
Lo sabes.
Lo sabemos.

Olga Maria Sain
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