Un día me animé a mí, me llegué, me asombré, me permití
y el cambio abrió caminos.
Llegaron los sueños por escribir, por vivir,
hubo quienes me vieron y quienes prefirieron no hacerlo,
se quedaron con la que conocieron, esa que aún no se veía,
que no se atrevía, que no se sabía.
El día que partí desde mí misma sembré mi sonrisa para todos los días por venir; semillas de aventuras escritas sobre un papel y desde mí.
Andar con los pies descalzos y las manos libres
para extender el cuerpo liviano como para alcanzar el llano,
correr y levantar vuelo.
El propio, el necesario, el elegido, el que amo.
Te invito a amar a ti, que saliste a encontrarme cuando me dispuse a comenzar una vez más.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Llegaron los sueños por escribir, por vivir,
hubo quienes me vieron y quienes prefirieron no hacerlo,
se quedaron con la que conocieron, esa que aún no se veía,
que no se atrevía, que no se sabía.
El día que partí desde mí misma sembré mi sonrisa para todos los días por venir; semillas de aventuras escritas sobre un papel y desde mí.
Andar con los pies descalzos y las manos libres
para extender el cuerpo liviano como para alcanzar el llano,
correr y levantar vuelo.
El propio, el necesario, el elegido, el que amo.
Te invito a amar a ti, que saliste a encontrarme cuando me dispuse a comenzar una vez más.
Olga Maria Sain
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