Hoy quiero decirle a mi seriedad
que se vuelva despistada,
que deje que me esconda
de su diligente mirada.
Quiero explorar la aventura,
el vértigo de mi descuido,
hacer esas travesuras
que reprimí hace tiempo;
buscar guiños en el aire,
carcajadas en las aceras,
dar vueltas con los ojos cerrados,
rodar en la pradera,
trepar a la baranda.
Y otra vez subir livianamente atada
a una cometa muy grande
que me haga flotar.
Y patear los charcos
con asombro en las pupilas
y gritos en la garganta.
Las horquillas de mi pelo
las voy dejando
dentro de las cerraduras
para que nadie interrumpa
mi libertad tan ansiada,
más allá de las montañas
de las nubes
del cielo
del universo.
Que es mío.
Olga Sain .
©Derechos Reservados
que deje que me esconda
de su diligente mirada.
Quiero explorar la aventura,
el vértigo de mi descuido,
hacer esas travesuras
que reprimí hace tiempo;
buscar guiños en el aire,
carcajadas en las aceras,
dar vueltas con los ojos cerrados,
rodar en la pradera,
trepar a la baranda.
Y otra vez subir livianamente atada
a una cometa muy grande
que me haga flotar.
Y patear los charcos
con asombro en las pupilas
y gritos en la garganta.
Las horquillas de mi pelo
las voy dejando
dentro de las cerraduras
para que nadie interrumpa
mi libertad tan ansiada,
más allá de las montañas
de las nubes
del cielo
del universo.
Que es mío.
Olga Sain .
©Derechos Reservados
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