En un naranja de cielo te espero.
En el otoño que tiña de esperanza un ruego,
en el silencio que se hace eco
cuando tu nombre me devuelve un credo.
La fe encendida. Intenso el deseo.
El reconocerme colmada de tu esencia,
del amor que me inunda,
de tu ausente presencia que no es despedida,
que sin mediar espacios restauras heridas.
Suave como llegaste.
Intenso como me habitas.

Olga Sain .
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