Quédate en la caricia.
Soy esa brisa
que tu frente busca.
Soy la ternura
de una noche serena
y la calma de la vela
que no se apaga
ni deja de abrigar.
Soy la brasa
y la tempestad,
que también limpia
y arrastra lo que duele.
Soy la intemperie
y el muro donde descansar.
Soy el viento por el que vas
despejando caminos.
Y un poco el destino
que sales a buscar.
Soy en tus palmas
y en tus plantas
la firmeza necesaria
para doblegar el ansia
y convertirla en fuerza.
Soy tu inocencia.
Y tu misericordia.
Soy la gloria
de verte despierto.
Y el anhelo cierto
de sentirte y saberte feliz.

Olga Sain .
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