Quité ropajes a un sueño
hasta la desnudez más profunda.
Y allá estaba mi ser,
sin cuerpo,
sin edad,
sin avatares.
Vistiendo otros sueños
como enjambres de taumaturgia.
Me desprendí de todos ellos
y allí estaba.
Shssss...
no inquietes
al demonio que duerme.
Olga Sain .
©Derechos Reservados
Comentarios
Publicar un comentario