Los días pasaban de uno a la vez.
Y alguna vez quizá menos. O más.
Nos mirábamos y dibujábamos mapas en nuestras mentes.
Le dije que tenía los ojos muertos
porque quería que se curara de mí.
Creamos una casa con lugares seguros,
donde pueda ir y dejar de existir.
Habría hecho cualquier cosa para dejarlo de amar,
para que me olvide, en definitiva, por él.
Quizás esa era mi enfermedad..

Olga Sain .
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