¿Es melancolía la pausa donde me escondo?

No... Solamente vacíos en el pentagrama, luego,
signos de bailables adagios, un himno, una serenata.
Suena la música desde la memoria
y una voz de terciopelo se anuda a ella
para decir un te quiero que me hará sonrojar.

Fuiste como un sueño de juventud,
un relato de cuatro palabras,
tu nombre, mi nombre y un "te amo".
Quimeras que esbozaba en el tic-tac del insomnio.

Olga Maria Sain
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