Busqué tu amor y sonreí llorando,
mientras el tiempo se columpió en mis ojos.
Decidí que un día fecundaré
la tierra de donde surgirá la Nadie.
Una mujer.
La loca.
O una sombra inquietante, desnuda y pasajera.
Un odio.
Un grito.
Nada.
Nada.

Olga Maria Sain
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