En el pasado aposté, lloré sin pena.
Cometí errores, costó aceptar mis vaivenes.
Quise subir montañas pedregosas, me derrumbé.
En mis trayectos solitarios te conocí.
Me asomo hoy a mis recuerdos
y descubro nuestro miedo a la soledad
que nos impidió separarnos.
No tuvimos el coraje de decir: No.
Arriesgué mi amor, mi paisaje, mi ser
ante tus fuertes vientos propendiendo a caer.
Tu fértil cuerpo ante mis sacudidas cambió su corteza.
¡Qué terrible fue nuestra pasión¡
Cargaste en silencio mis gritos.
marchitamos la inocencia, los sueños.

Y nunca cerramos las puertas.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



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