Se envuelve en su armazón de huesos
donde los cirios se han consumido a la orilla de un oasis.
¿Quién? Tal vez ella, la que lleva mi nombre,
la que busca mis recuerdos, la que inventa mi destino.
Ella, la tejedora de leyendas ha dejado salmos de su alma
en las dunas cambiantes, sujeta por una luna
que se enreda entre las nubes.
Luna sobre una fuente, espejismo en el espejismo.
Y teje el agua estancada para hacer caminos gota a gota en la arena
ésos que se evaporan bajo una diminuta huella, como encaje ondulado
Ella, la que encierra la seda de su decisión en renuncias.
La que amó a quien la amaba, la que despertó de su letargo
hace siglos para dejar su herencia.
Un aleteo en mis manos, bajo la piel cuarteada,
caricia de esperas, delirio de eterno retorno..
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
¿Quién? Tal vez ella, la que lleva mi nombre,
la que busca mis recuerdos, la que inventa mi destino.
Ella, la tejedora de leyendas ha dejado salmos de su alma
en las dunas cambiantes, sujeta por una luna
que se enreda entre las nubes.
Luna sobre una fuente, espejismo en el espejismo.
Y teje el agua estancada para hacer caminos gota a gota en la arena
ésos que se evaporan bajo una diminuta huella, como encaje ondulado
Ella, la que encierra la seda de su decisión en renuncias.
La que amó a quien la amaba, la que despertó de su letargo
hace siglos para dejar su herencia.
Un aleteo en mis manos, bajo la piel cuarteada,
caricia de esperas, delirio de eterno retorno..
Olga Maria Sain
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