Pareciera que lo inmediato es lo importante.
El ya mismo, el ahora.
Como si se hubiese perdido el arte de esperar, de imaginar, de proyectar,
de trabajar por un ideal en función de alcanzar una meta.
El hombre lejos de su esencia se apura por alcanzar ¿Qué?
Deseo tener tiempo para leer, estudiar,
para alimentarme, descansar, viajar y con ello sentir placer.
Quiero tiempo para saborear, para amar, para crecer.
Sin tantos apuros, sin urgencias, con el deseo de hacerlo bien.
Después de todo, corremos y corremos para llegar a envejecer.
No está mal hacerlo, es necesario y justo.
Y allí quiero llegar envejecida.
No por correr toda mi vida. Sí, por haber vivido.
Quiero un poco más lento todo.
Quiero descubrir el modo liviano de la vida.
El que me permita disfrutar el día a día.
El que me permita sonreír y que lo notes todavía.

Olga Maria Sain
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