Quédate conmigo en este cuarto
que te es ajeno, lejano, esquivo.
Quédate arrullado en mi sueño,
en mi delirio, en mi deseo.
Déjate alcanzar por ti mismo
con mis besos en tus labios.
Vuelve a sentir, a sentirme.
Acércate, soy tuya.
Es agridulce la desazón de tu desamor…
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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