Sabes, ya te lo he dicho,
me vestiré de noche solo por alcanzarte.
Calladamente iré avanzando,
cubierta por las sombras, hasta llegar a ti.
Dejaré mis huellas en tu madrugada.
Y el roce de mi caricia se quedará en tu piel.
Quizá cuando despiertes, te vistas con ella.

Y yo seré feliz.

Olga Maria Sain
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