En la noche oscura de pálida luna
de fulgor turbio, brumoso, opacado,
entro en ti, conozco tu secretos
tu temor, tu dolor y tu llanto.
El gemido que en el día guardas,
las palabras que ya no pronuncias.
Te acaricio la piel, desde el adentro
lato en tu propia sangre escondida
y te siento al tocar tan desvalido
que puedo amarte o lastimarte,
no sé si poco o demasiado.

Olga Maria Sain
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