Su alma es similar a la mía, como gemelas.
En una época cruda como el invierno
él llevaría consigo todo el frío y el viento
para limpiar con lluvia la nostalgia.
Pero, por desgracia,
mi corazón estuvo a la intemperie,
a merced de las inclemencias del tiempo,
inconsciente, encadenado a emociones dudosas.
Él es tibio, su calor se siente
y desgasta con paciencia mi refugio tratando lentamente
de amar aún contra la hipocresía del tiempo.

Olga Maria Sain
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