Como una pequeña gota de rocío que orada sin quererlo
sin intención ni brío, y suave va cayendo sobre el destino...
Mientras, alumbro lo que duele, el desatino de creer,
de crear con solo dos manos,
de sumergirme en medio de océanos blancos.
De volar cielos que se vuelven lejanos.
Como esa pequeña gota de rocío
que limito con los dedos mientras escribo
creando, buceando, volando,
los intentos se callan...
Para no cerrar las alas y claudicar.

Olga Maria Sain
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