Mujer: Hoy quiero que juegues a quitarme las palabras -déjame sólo los gestos - reemplazos de mis rulos, de vocablos donde hago piruetas
sobre una ola imaginaria.
Pero el ademán me delata,
lloro donde río, río donde las lágrimas quieren detenerse.
La cascada fluye en espasmos, en una loca intermitencia,
se han abierto los abismos como grietas en mi pecho.
El gesto es agonía cuando quiero detenerlo.
Largo fue su cautiverio, hoy es torpe su inicio.
Intenta romper muros con su mirada cuando la puerta está a un costado.
Pero es angosta y el alma no puede franquearla.
El alma lleva una coraza que trata de contenerla,
-el refugio es hoy cárcel.
Mujer: ¿Qué hiciste con mis palabras?
Las regalaste al viento, sus ecos me llegan lejanos como escarcha de música.
¿Pero acaso soy ese eco insaciable en mis entrañas?
Mujer: Préstame un momento la expresión de tu silencio
! Ah! es mi silencio, es mi semblante,
el que dejé con el rojo vestido de la infancia.
Haré serpentinas con su tela, las trenzaré en mi pelo para comenzar la danza, prefacio de una historia
que solo los gestos pueden contar.

Olga Maria Sain
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