Qué tranquila es la vida del hogar
en las tardes lluviosas del invierno
todo encierra un encanto manso y tierno
en la turbia quietud crepuscular.

Los árboles, las casas, la llanura,
todo sueña en silencio en ésta hora
parece que en los campos se atesora
una onda sedante de ternura.

Mi frente como un ánfora se inclina
vierte el dolor, y de bondad se viste
mientras la tarde como una novia triste
se aleja bajo el tul de la neblina...

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



Comentarios