Ya no recuerdo los otros tiempos

aquéllos en los que no despertaba a tu nombre
y al mío, somnolienta.
Esos en los que andaba a corazón suelto
y razonamientos varios.
A cabalgatas de rutinas y vacíos temerarios.
Ya no recuerdo los tiempos esos,
en los que amanecer era sólo dejar el sueño
y empezar a andar, salir a transitar la vida.
Ahora, éstos son los tiempos
en que despierto a tu te quiero,
a tu misterio, a una canción
y a versos de un poema.
Ahora, tú eres mi tiempo
mi apremio, mi demora
y el cielo abierto a la gloria
de saberte latiendo en mí,
latiendo...

Olga Maria Sain
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