Quema el cansancio mis espaldas,
huerto envenenado fumigado por el déspota de la intolerancia.
Manotazos al aire es lo que queda.
Desde brazos inseguros que acunaron a niños en su sueño
intentando rasgar sus huesos con la instalación de la confianza .
Aquella confianza, un voto sin voluntad a la horca del verdugo .
Un voto hurtado a la vida,
a la misericordia
a la generosidad
a lo solidario.
No le importa al poderoso quebrar débiles cuellos
hay que cumplir el plazo
en el cadalso
en el penal,
en la intemperie .
Justicia ¿ Qué eres ?
Una mera palabra que suena sobre los vacíos
cláusulas de los infiernos -esos que no existen-.
No importa, se construyen bajo el fango .
Y éste, también es hurtado para ofrecer al esclavo
como único sustento.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Manotazos al aire es lo que queda.
Desde brazos inseguros que acunaron a niños en su sueño
intentando rasgar sus huesos con la instalación de la confianza .
Aquella confianza, un voto sin voluntad a la horca del verdugo .
Un voto hurtado a la vida,
a la misericordia
a la generosidad
a lo solidario.
No le importa al poderoso quebrar débiles cuellos
hay que cumplir el plazo
en el cadalso
en el penal,
en la intemperie .
Justicia ¿ Qué eres ?
Una mera palabra que suena sobre los vacíos
cláusulas de los infiernos -esos que no existen-.
No importa, se construyen bajo el fango .
Y éste, también es hurtado para ofrecer al esclavo
como único sustento.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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