Desde el primer día que nos encontramos
no tuvimos intenciones de perdernos.
Nos habíamos quedado ahí,
pegados como dos piezas de un rompecabezas.
Hacíamos el amor en el viento,
sobre el manto de la noche
sobre las notas del alma.
sobre el oleaje del mar.
Cada tímido intento por hacer prevalecer la razón fracasó.
Ciertas cosas superan la lógica.
Para ciertas cosas solo hay llanto y emoción.
Para y por ciertas cosas vivimos. Morimos.
Y volvemos a vivir.

Olga Maria Sain
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