¿Has sentido alguna vez el abrazo de las palabras?
Creerás que hablo de distancias, de tiempos no acordes,
de desencuentros de personas.
No. Al menos no necesariamente.
Sabemos lo que es un abrazo con los brazos.
Hermoso contacto de dos seres que, eligiéndose,
se contienen, se anidan, se protegen.
Pero hay un abrazo distinto del que te deseo hablar.
¿Has sentido alguna vez que comienzas a escuchar
las palabras justas para un corazón que sufre, que ama,
que se desanima, que orilla la desesperanza?
Sentir una a una que las palabras te hablan,
te rozan, te tocan, te acunan y te sostienen.
O a veceste liberan y te desnudan de pesadas armaduras
dejándote pequeña, vulnerable, sin maquillaje y casi sin cordura.
¿Has sentido ese calor que invade desde el interior,
y la lluvia repentina y dulce que corre por las mejillas,
el aliento entrecortado de saberse encontrado y conmovido?
El casi no poder estar en uno mismo ni para decir:
"Gracias, era justo lo que necesitaba escuchar."
¿Has podido tú con las palabras abrazar?
La maravilla es inconmensurable cuando son dos los que abrazan.
Es un regalo generalmente inesperado, que se nos presenta como un milagro, en el momento más deseado, cuando las fuerzas flaquean,
cuando el cuerpo parece retroceder
y el alma se hace ver en el desconsuelo o el desconcierto.
Ahora que lo has leído sabrás si lo has sentido.
Mi abrazo.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
de desencuentros de personas.
No. Al menos no necesariamente.
Sabemos lo que es un abrazo con los brazos.
Hermoso contacto de dos seres que, eligiéndose,
se contienen, se anidan, se protegen.
Pero hay un abrazo distinto del que te deseo hablar.
¿Has sentido alguna vez que comienzas a escuchar
las palabras justas para un corazón que sufre, que ama,
que se desanima, que orilla la desesperanza?
Sentir una a una que las palabras te hablan,
te rozan, te tocan, te acunan y te sostienen.
O a veceste liberan y te desnudan de pesadas armaduras
dejándote pequeña, vulnerable, sin maquillaje y casi sin cordura.
¿Has sentido ese calor que invade desde el interior,
y la lluvia repentina y dulce que corre por las mejillas,
el aliento entrecortado de saberse encontrado y conmovido?
El casi no poder estar en uno mismo ni para decir:
"Gracias, era justo lo que necesitaba escuchar."
¿Has podido tú con las palabras abrazar?
La maravilla es inconmensurable cuando son dos los que abrazan.
Es un regalo generalmente inesperado, que se nos presenta como un milagro, en el momento más deseado, cuando las fuerzas flaquean,
cuando el cuerpo parece retroceder
y el alma se hace ver en el desconsuelo o el desconcierto.
Ahora que lo has leído sabrás si lo has sentido.
Mi abrazo.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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