A veces descubrirse es difícil.
Correr las mantas que nos fuimos colocando
para protegernos de años de frío.
A veces, es difícil descorrer los filtros que pusimos a los cristales,
al amparo de tanto que arde, de tanto que lastima ver.
Es difícil en ocasiones volver a apostar
a nuestra desnudez salvada por prejuicios,
al cuidado de aquellos precipicios que supimos conocer.
A veces, vale cualquier pena o alegría volver a intentarlo.
Volver a ser sin tantas defensas, corriendo un poco la experiencia,
sabiendo que no hay ciencia sobre el sentir ni sobre el crecer.
Muchas veces es difícil poder volver a creer.
Sin embargo, justamente al amparo de poder seguir viviendo
( haciendo honor a ello), nos desenfundamos, nos animamos.
Y descubriéndonos, damos y nos damos otra oportunidad.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
para protegernos de años de frío.
A veces, es difícil descorrer los filtros que pusimos a los cristales,
al amparo de tanto que arde, de tanto que lastima ver.
Es difícil en ocasiones volver a apostar
a nuestra desnudez salvada por prejuicios,
al cuidado de aquellos precipicios que supimos conocer.
A veces, vale cualquier pena o alegría volver a intentarlo.
Volver a ser sin tantas defensas, corriendo un poco la experiencia,
sabiendo que no hay ciencia sobre el sentir ni sobre el crecer.
Muchas veces es difícil poder volver a creer.
Sin embargo, justamente al amparo de poder seguir viviendo
( haciendo honor a ello), nos desenfundamos, nos animamos.
Y descubriéndonos, damos y nos damos otra oportunidad.
Olga Maria Sain
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