No podían escapar de aquél mundo que los atrapaba,
donde torres se alzaban para separar sus miradas de luz y deseo,
no podían alcanzarse con las manos,
porque de tanto amarse agotados estaban
y miraban cada noche un firmamento mas donde refugiarse;
pero el deseo creó caminos,
el amor se alzó entre muros y distancias hasta elevarles a un punto
donde pudieran amarse aunque solo fuera por un instante...

Olga Maria Sain
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