Tengo la certeza que este instante que atravieso no se repetirá.
Ninguno de ahora en adelante será igual o parecido.
No vibrarán igual mis sentidos,
ni mi pensamiento será exactamente igual,
tampoco la intensidad del temblor de mi alma.
Por ello, por lo que palpita en mí, es que
si lloro, río, sufra o sea inmensamente feliz,
lo vivo en el momento.
Creo en la posibilidad de darme cuenta
y elegir vivenciar cada sentimiento.
Entero y por completo.
¿Mañana?

Mañana si quieren les cuento…

Olga Maria Sain
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