He vivido muchos años contigo,
he explorado cada espacio de ti.
Traté de calmar tus angustias, tus tormentos.
He disfrutado también de tu alegría.
Pero no fue suficiente.
No pude entrar en tu alma.
Te dejo con tus fantasmas y tu locura,
porque amar es también saber renunciar.

Olga Maria Sain
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