La aurora se vuelve crisálida
y luego mariposa,
tus deseos se confunden
con la promiscuidad de los míos,
y son como abejas libando néctares,
como soles derramando placeres
en oscuros parajes de sombras.
Y en el agua, los nenúfares,
disconformes, niegan la belleza
(que asombra ésta mañana),
a nuestro amor consumado.

Olga Maria Sain
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