Me va a matar la vida, no me voy a morir antes de entonces,
ni por los comentarios, ni por las opiniones,
ni por el sórdido vicio de quien intenta contaminar el alma de los demás en vez de limpiar el propio aliento.
A los ojos de cuando era niña no los he perdido nunca
y pruebo regalarlos a quien se detiene en mi mirada.
Quien no los quiere no podrá hacer nada para quitármelos.
Esta es la magia.
Corazón invencible.
Tal vez el verdadero cuento de hadas de la vida sea precisamente esto: si no hay casi nunca un final feliz, me regalaré siempre nuevos comienzos.
Olga Maria Sain
Derechos Reservados
ni por el sórdido vicio de quien intenta contaminar el alma de los demás en vez de limpiar el propio aliento.
A los ojos de cuando era niña no los he perdido nunca
y pruebo regalarlos a quien se detiene en mi mirada.
Quien no los quiere no podrá hacer nada para quitármelos.
Esta es la magia.
Corazón invencible.
Tal vez el verdadero cuento de hadas de la vida sea precisamente esto: si no hay casi nunca un final feliz, me regalaré siempre nuevos comienzos.
Olga Maria Sain
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