El era el motivo, el sabor de mi vida,
invadía mi corazón como la tormenta al mar,
sus palabras me revivían como un arroyo en primavera.
No buscaba otra cosa porque él era mi mundo,
mi amor, mi poesía, la torre a la que podía aferrarme.
Caminábamos juntos, desde tiempos lejanos
cuando lo imaginaba con sus pasos lentos.
Pero, con el tiempo tuve que examinar mi elección.
Me detuve, interrumpí lo nuestro.
Él tampoco insistió.
Y donde antes florecían las rosas
ahora solo crecen zarzas.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
sus palabras me revivían como un arroyo en primavera.
No buscaba otra cosa porque él era mi mundo,
mi amor, mi poesía, la torre a la que podía aferrarme.
Caminábamos juntos, desde tiempos lejanos
cuando lo imaginaba con sus pasos lentos.
Pero, con el tiempo tuve que examinar mi elección.
Me detuve, interrumpí lo nuestro.
Él tampoco insistió.
Y donde antes florecían las rosas
ahora solo crecen zarzas.
Olga Maria Sain
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