Esta noche parece interminable, el reloj no avanza y no puedo dormir.
Mi mirada está fija en el techo.
Te creo en mi pensamiento, siempre, continuamente.
Me pierdo en la mente, me refugio, me escondo, me protejo.
Estoy quieta, inmóvil e imagino tus ojos que me miran, que me escrutan hasta dentro del alma, haciéndome sentir tan amada, tan segura.
Tú me salvas cada día, a un paso del abismo.
A un paso de caer cada vez más y más.
Me tomas la mano, me tiras con toda la fuerza que tienes, me abrazas y me llevas lejos, a un lugar donde no pueden hacerme daño, un lugar que solo conoces tú.
Solamente con tus ojos haces que vuelva a respirar,
dejándome escalofríos en el cuello, las espaldas, en toda la piel.
Me haces sentir viva con tus labios sobre los míos que bailan la melodía más hermosa que jamás haya oído:
la de nuestra respiración al unísono.
Me haces sentir querida, como nunca jamás antes lo han hecho, con tus dulces palabras que susurran y tus caricias sabias.
Me haces sentir segura, porque cuando estoy contigo no temo nada, me siento invencible, te basta con tomar mi mano y apretarla fuerte.
Tú me vuelves a hacer sentir, a pesar de haberme perdido hace ya mucho tiempo. Tú me encontraste, me escuchaste. Tú estás.
Eres mi más hermoso sueño, la mejor invención que da razón a mis días...
Olga Maria Sain
Te creo en mi pensamiento, siempre, continuamente.
Me pierdo en la mente, me refugio, me escondo, me protejo.
Estoy quieta, inmóvil e imagino tus ojos que me miran, que me escrutan hasta dentro del alma, haciéndome sentir tan amada, tan segura.
Tú me salvas cada día, a un paso del abismo.
A un paso de caer cada vez más y más.
Me tomas la mano, me tiras con toda la fuerza que tienes, me abrazas y me llevas lejos, a un lugar donde no pueden hacerme daño, un lugar que solo conoces tú.
Solamente con tus ojos haces que vuelva a respirar,
dejándome escalofríos en el cuello, las espaldas, en toda la piel.
Me haces sentir viva con tus labios sobre los míos que bailan la melodía más hermosa que jamás haya oído:
la de nuestra respiración al unísono.
Me haces sentir querida, como nunca jamás antes lo han hecho, con tus dulces palabras que susurran y tus caricias sabias.
Me haces sentir segura, porque cuando estoy contigo no temo nada, me siento invencible, te basta con tomar mi mano y apretarla fuerte.
Tú me vuelves a hacer sentir, a pesar de haberme perdido hace ya mucho tiempo. Tú me encontraste, me escuchaste. Tú estás.
Eres mi más hermoso sueño, la mejor invención que da razón a mis días...
Olga Maria Sain
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