Tendrá oleajes más fuertes, temidos,
otros suaves, como en retroceso
como serenos, como dormidos.
Sin embargo el mar seguirá siendo el mismo:
intenso, bravío, puro, rebelde, pacífico,
vasto, indiviso y en pleno movimiento
que aún en bajamar será silencio y será grito.
Habrá palabras que puedan sacudir lo que creímos cierto
convirtiéndolo en dudas.
Momentos de creernos y temernos olvido.
Será delirio. Y muchas veces.
El mar subirá en desvarío y será siempre
esencia de lo que vive en él.
Nunca río. Jamás lago.
Ha nacido mar nuestro amor
y así ha de seguir vibrando...

Olga Maria Sain
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