Ese aire que entra a nuestro cuerpo
alimentando nuestra alma.
Ese sueño que nos encuentra despiertos,
desayunando deseos entre sábanas.
Ese latido que se repite en un nombre
que incondicionalmente acompaña.
Esta piel vestida de tu piel, aroma y magia,
en la caricia que te busca y te extraña.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados



Comentarios