Estoy convencida que de no haberte hecho poesía
serías el más dulce de los silencios.
Nada existe en el mundo más hermoso que tus ojos
acariciando mis versos, convirtiendo mi ser en tu poema.
Andaba caminando mi ser y sin buscar tropecé con tu sonrisa.
Ahora que te descubrí, mi vida tomará otro derrotero,
buscará un puerto nuevo donde guarecerse
y anclará mi mirada a tu mirada.
Sostendrás mi alma unida a tu palabra.

Olga Maria Sain
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